El enfoque que yo escogí fue el “Familiar” ya que el papel que juega el anciano en ella es de gran importancia.
En tiempo pasado, el ser anciano brindaba cierta importancia y aire de respeto por doquier; en las tribus indígenas el Anciano era el Cacique; quien mandaba en la tribu a la cual pertenecía e imponía sus reglas sin efectuar consulta alguna ya que él tenía la experiencia y sabiduría suficiente para realizarla. Pero poco a poco se ha ido desdibujando esa imagen de gran lealtad que siempre inspiraba, generando un cambio de roles que variaron considerablemente; actualmente se le discrimina de las actividades en las cuales el intenta involucrarse, se le menosprecia por no poder realizar trabajos que antes desarrollaba con tanto vigor, haciéndolo a un lado de la vida cotidiana de la familia. Para el anciano lo más importante es su familia; intenta de sobremanera aconsejar a cada uno de los integrantes de esta, aspirando bienaventuranzas para todos, pero usualmente lo que ellos hacen es no tomar importancia a lo que el intenta hacernos ver a gritos, para que no tropecemos y no lleguemos a cometer esos errores que el tuvo que afrontar, simplemente, por que nadie se lo advirtió…
Esa transmisión de conocimientos que sirven como cemento para estructurar nuestras vidas son dadas por ellos, los ancianos que simplemente buscan lo mejor para nosotros. Afortunados son quienes tienen a quien visitar un domingo, alguien que les esconda dulces por que a tu mamá no le gusta que los comas, quien te cuente historias de espanto en pueblos muy lejanos, quien se emocione con tus logros y que nunca deje de sentirse orgulloso de ese “Gran Nieto” que vio crecer y formarse como una persona integra y autónoma, y créanme lo único que piden ellos es que los escuchemos. Así pues, aprovechen a esos seres maravillosos que tienen a su lado, ya que personas como yo, darían su vida, si fuese necesario, por tener a alguno de ellos con vida.
http://www.cfnavarra.es/salud/anales/textos/vol22/suple1/suple3.html
